El programa extiende sus servicios de educación musical en 8 hogares de niños alrededor de la Isla. Gracias a la otorgación de una asignación proveniente de los fondos federales Victims of Crime Act del Departamento de Justicia, los fondos asignados bajo la Ley 94 del 2012 y otros fondos otorgados por entidades como la Fundación Voces Topy Mamery y la Fundación Hogar Niñito Jesús, se hace viable este servicio para los niños.

Hogares incluidos en el proyecto:

Centro de Acogida y Sostén San Agustino en Aguas Buenas

Hogar Abrazo de Amor en Arecibo

Hogar Colegio la Milagrosa en Arecibo

Hogar Santa Teresita del Niño Jesús en Arecibo

Hogar Mi Pequeño Joshua en Bayamón

Hogar Andrés en Bayamón

Hogar Fátima en Bayamón

Hogar Niñito Jesús en San Juan

 

A cada hogar se le asignó instrumentos, materiales didácticos y equipo necesario para las clases. Este servicio de educación musical se ofrece semanalmente, el cual también incluye la supervisión y guía de una trabajadora social certificada.

La exposición a la educación musical es muy poderosa para el ser humano. Es de gran importancia que los niños y jóvenes víctimas del crimen tengan este tipo de acercamiento educativo. Los beneficios de la educación musical según numerosas investigaciones, reduce el estrés, puede incrementar la memoria y la creatividad, desarrolla habilidades motoras y rítmicas, incrementa la seguridad en el ser humano y la facilidad para socializar con otras personas.

El Programa Música 100×35 del Conservatorio de Música de Puerto Rico se compromete con este proyecto de transformación social, y asegura una educación musical equitativa para los sectores más desventajados.